La contra: Dios está con los que saben escuchar

Hoy he leído una entrevista a Joan Cañellas. Una de esas que te provocan ganas de ponerte en movimiento. Algunas frases destacadas del artículo: Ayer mismo por la tarde juntamos a merendar a un grupo de abuelas catalanas con jóvenes sudamericanos y se montó otra fiesta. -¿Por qué no jóvenes catalanes? -Porque tienen otros valores, porque no tienen tiempo ni para sus abuelos. En esta sociedad nadie te deja hablar, explicar lo que sientes. Si escucháramos más, habría menos conflictos. Yo tengo mi filosofía: si quieres a Dios, que no lo ves, ¡cómo no vas a querer a tu prójimo, que sí lo ves! A veces somos muy injustos. Cuando les pregunto cómo les va, me dicen: "Bien, mi mujer y mi hija están contentas, tenemos trabajo". Si se lo pregunto a uno de aquí, me responde: "La meva filla guanya tant", pero no me dice si es feliz o desgraciada. Debemos revisar nuestros valores. [Aclaración: "La meva filla guanya tant" quiere decir "Mi hija gana tanto"]. Los elixires mágicos son tres: serenidad, valor y sabiduría. [...]Para conseguirlos has de haber sufrido muchos problemas y no haber huido de ellos. Hay por ejemplo mucha gente que hace conjeturas sobre los inmigrantes y yo les digo: "Vengan a conocerlos". A veces me vienen a ver parejas en crisis: "Joan, estamos en crisis", y yo les digo: "Cambiad los muebles de sitio" o "Pintad el piso". -¿Funciona? -Sí, porque la gente está aburrida, saturada de tanta abundancia. Nos falta humildad. Propóngale a un niño rico ir de excursión y se encogerá de hombros, propóngaselo a un niño pobre y verá lo que es la alegría. Son muchos los que me han dicho: "Padre, ¡he perdido tanto tiempo!..., me he pasado media vida discutiendo".