Intercambiar ideas con tranquilidad // Política

Ayer por la tarde tuve una charla interesante con Miguel Ángel (Calcu). La charla duró entre dos y tres horas y fuimos tocando diferentes temas, unos más serios y otros más graciosos. Durante ese tiempo había gente que se iba apuntando y marchando en función de sus obligaciones.

La verdad es que es una gozada mantener una conversación con él, pues es capaz de escuchar tus ideas y exponer las suyas sin invadir tu espacio, sin intentar imponértelas.

Uno de los temas que tocamos fue el de política, pero no tanto para entrar a defender nuestros pensamientos. Todo empezó por temas de nacionalismos y solidaridad. Pasado un rato alguien soltó que el problema del País Vasco se solucionaba llevándoles 2.000 mulatas. Recuerdo que leí, no hace mucho, una entrevista a un cineasta que comentaba algo por el estilo: la energía que no ponen en el sexo va a parar a la radicalidad. Él lo comentaba del País Vasco, pero es extensible a muchas personas. Algunos son capaces de canalizar mejor su energía, pero otros no. De ahí la frase de "está mal follado" o "tiene mala follá[da]".

Otra cosa que he aprendido no hace mucho es a separar la persona del voto que haya emitido. Hace un tiempo era incapaz de entender que una persona en su sano juicio votara al PP, pero a medida que voy charlando con gente tolerante y con ideas, a mi juicio, interesantes le resto importancia al color del voto. Lo que realmente me importa es su forma de ser, su tolerancia, su simpatía... Me alegra prejuzgar menos.

Por otro lado, en política lo que me gusta es que se dejen de soñar y se pongan manos a la obra, que hay mucho por arreglar. Recuerdo que al principio me gustaba mucho Maragall y poco Zapatero que, siendo imprecisos, pertenecen ambos al PSOE. Ahora mismo es totalmente al revés: el primero no recibirá mi voto (excepto que cambie mucho) y el segundo (también excepto que cambie mucho) lo recibirá seguro. Maragall está soñando mucho y me da la sensación que está haciendo poco por la gente de a pié, sin embargo Zapatero es al revés: es capaz de dialogar e ir avanzando en una serie de temas.