Episodios de agresividad

Ayer estaba disfrutando de una deliciosa comida cuando unas manos golpearon la pared. Golpes que estaban llenos de agresividad, odio y rabia. Golpes que venían de la casa de al lado. Golpes que me parecieron totalmente desproporcionados para ser las 5 de la tarde.

Llamé a casa de los vecinos, pues soy partidario de hablar las cosas más que dejar que se calienten. El individuo, un chico de mi edad, salió cargado de odio con demasiadas ganas de agredir y sacar esa agresividad mediante el empleo de fuerza bruta.

A pesar de pensar que no tiene razón, pues era un sábado por la tarde y la música no estaba fuerte, puedo entender que le molestáramos. Es ese hecho lo que genera un malestar en mi interior. Sin embargo mi razón me dice que no estoy dispuesto a estar en un piso y sentirme más limitado que en el colegio mayor. Y no hablo ya de pegarme fiestas por las noches que puedan molestar, con la música a todo volumen y la gente gritando.

Lamento que los que construyeran la casa sean tan tacaños que no invirtieran más en crear paredes un poco más anchas, que aislasen un poco más los sonidos.

Pienso que es una persona demasiado susceptible y bastante dictadora. No sé cual es la forma de actuar más correcta, tanto para mi, como para él.

2 comentarios:

yanfer dijo...

No es que sea partidario del señor, que no caballero, que aporreaba la puerta, pero entiendo que quizá se pudiera haber molestado porque a esas horas (y conozco muchos casos) a la gente le gusta echarse lo que se llama siesta y lamentablemente también conozco casos de personas que se vuelven extremadamente susceptibles a esas horas, dado que seguramente estarán muy estresados.
Respecto a la forma de atajar la situación estoy completamente de acuerdo contigo: la solución está en el diálogo. Da igual la forma que tenga de responderte, la estabilidad en esos casos dice mucho de una persona y, segun comentas, su actuación no dice mucho (bueno).
Un abrazo

Anónimo dijo...

Bueno, las 5 de la tarde, en España, es la hora de la siesta, y entiendo que al muchacho le fastidiara la música, aunque pienso que hay maneras más civilizadas de expresar el enojo y el fastidio.
Sí, la mejor opción es siempre el diálogo, aclara ideas y evita moretones y huesos rotos (aparte de otros daños)
Un besito